5 de abril de 2010

Innecesarios pero nutritivos momentos reflexivos

Hoy, desde Almendras y Mejillones no os voy recomendar ningún blog, presentar ninguna película ni ofrecer ninguna crítica con la que calme mi inofensiva rabia. En esta noche muerta y despejada, voy a ofreceros algunas de mis reflexiones. Os anticipo que ninguna de ellas es transcendental, pero todas pueden deleitarnos aportando un momento de luz, de verdad, de límite...
Abuso de los puntos suspensivos porque no logro plasmar todos mis pensamientos en palabras. Los coloco en lugar de una mirada, una sonrisa, una relación de hechos, un segundo sentido ininteligible... y a pesar de que sé que únicamente yo los puedo interpretar así (debido a que soy el que los ha escrito) el hecho de que en mi texto haya algo más que palabras me reconforta. Sí, creo que la comunicación humana es deficiente. Las palabras pueden trasmitir hechos, las miradas complicidad o desafío y las sonrisas aprecio. ¿Pero cómo trasmitir sentimientos o reflexiones completas? Parece imposible. Haría falta algo así como el sistema na'vi de Pandora que imagina James Cameron en su obra de arte y película Avatar. Vivo en Cataluña, y vivo muy de cerca la protección de las lenguas. Estoy arto de los carcas catalanes que dicen ser independentistas de izquierda. De los profesores de literatura, de las filólogas que se niegan a que la lengua evolucione. ¡Debemos dejar de proteger las lenguas y dar paso así a nuevos y mejores sistemas de comunicación! En lugar de eso, nos empeñamos en conservar arcaísmos e infuncionalidades, alegando que son cultura. Reflexionemos: ¿Creéis que si los usuarios del carro se hubieran dedicado a protegerlo tendríamos coches? No hace falta destruir todos los carros, pero tampoco hay que negarse a que sean remplazados. Confío en que me entendáis.
Además de nuestro deficiente sistema de comunicación, ¿qué otros problemas tenemos? Voy a permitirme generalizar (aunque no me gusta) para decir que, en nuestra cultura, uno de los mayores problemas es el no aceptar lo que somos. El dualismo. El no querer aceptar que somos un montón de átomos ordenados de puta madre en la mayoría de casos, y no tan maravillosamente en otros (mal formaciones y deficiencias). No aceptamos que no somos nada más que un animal complejo. Que no existe alma; que lo que polvo era en polvo se convertirá; que cuando nos muramos pasaremos enteramente a formar parte de gusanos a de cenizas arrojadas al mar (voto por lo segundo). Debemos entender que no somos una mierda. Si la Tierra es minúscula en comparación con el universo, nosotros somos ínfimamente menos. No podemos siquiera comprender la magnitud de aquello a lo que llamamos universo. Con esto no intento defender el empirismo ni la inutilidad humana. Lo que quiero decir es que debemos aceptar nuestros límites, así como nuestro final. Está bien que nos guste saber cosas del mundo, de como se mueve la Tierra, de fenómenos electromagnéticos.. pero debemos ser conscientes de que nunca podremos saber todo.

Esto nos lleva a deducir lo siguiente: No podemos saber siquiera lo que podemos saber. No podemos saber, por ejemplo, que no existan los dos mundos platónicos. Pero tampoco debemos desconfiar de nuestros sentidos, que son nuestra única posible fuente de sabiduría porque, que es la mente sin los sentidos? Nada.


Debemos disfrutar, hacer lo que nos guste, dejar disfrutar, aceptar nuestras limitaciones, alegrarnos de nuestras capacidades (sin alardear de ellas)...
Si nos pasamos la vida buscando como ser felices no lo seremos, debemos serlo directamente. Si nos pasamos la vida intentando comprender lo que podemos y no podemos saber no sabremos nunca nada.


Estos dos últimos párrafos rozan el delirio. Pero me centro:

Que es felicidad? Esto sí lo sé: Algo diferente para todo el mundo. Para la madre que sus hijos triunfen y la quieran. Para el abuelo morir viendo a sus netos sonreír. Para el escritor disfrutar escribiendo y que otros disfruten leyendo sus obras. Para el ecologista conseguir que todos lo sean. Para el empresario ganar dinero. Para el buen profesor enseñar. Para el buen político convencer. Para el filósofo...
Para el que se pregunta eternamente cómo se feliz, la felicidad no llegará a consolidarse.

Saludos en este momento profundo. La noche llega a su fin.
¡Hasta la próxima Almendras y Mejillones!

2 comentarios:

  1. Ser felices, directamente, sin preguntarse cómo serlo. Hace poco un amigo me aconsejó, simplemente, que me permitiera a mí misma ser feliz, que no me pusiera trabas. Pero, es difícil. Creo. Una cuestión de actitud ante la vida, lo sé; de valorar las pequeñas cosas que comentas en otra entrada; de encontrar la paz interior; de valorarte a ti mismo; de depender de ti.

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  2. Sí, es complicado, y es algo que debemos conseguir nosotros mismos, ya que aunque otra persona nos puede hacer felices no puede enseñarnos a serlo.

    Gracias por tus comentarios Mónica, siempre se agradece que lean estos escritos más personales.

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