No, no lo he sacado de El Mundo Today. Parece cierto.
El clérigo mantiene que las mujeres que quieran comer plátanos y pepinos tienen que solicitar la ayuda de un hombre cercano, como su marido o su padre, para que se encargue de cortarlos antes de servirlos en el plato.
La noticia completa en Europapress.
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