13 de agosto de 2012

Un equipo de leyenda

Merecen un gran homenaje. Pronto apreciaremos todo su trabajo, toda su calidad. Cuando tengamos serias dudas de que la selección española de baloncesto pase de cuartos, nos acordaremos de ellos. Buscaremos a Pau para tomar las riendas, pediremos que Navarro enchufe ese triple que reavive los ánimos o desearemos que Calderón salga al campo para enderezar al joven equipo.


Sobreponiéndose a problemas físicos y superando partidos imposibles, nos han ofrecido unos campeonatos espectaculares, a pesar de que no se lo hemos puesto fácil:
Han crecido en un país en el que el fútbol es como una mala yerba que deja sin alimento a sus compañeras. Se han unido para hacerse fuertes creando un gran equipo de amigos, que fue despojado de su entrenador, Pepu Hernandez, por intereses económicos de la federación. En su lugar el italiano Sergio Scariolo pasó a ocupar este puesto de gran honor. 
Con la llegada del nuevo entrenador, los éxitos de este gran grupo no cesaron, pero soy de los que opinan que fue por la gran fuerza de los jugadores, y no por que Sergio encajara a la percepción. Probablemente es un gran profesional, pero si revisamos las situaciones más delicadas de los partidos, veremos que sus decisiones no fueron las más adecuadas.
Incluso yo, seguidor de la selección y amante del básquet, dudé de ellos cuando, después de flaquear ante Rusia y Francia, debían luchar por el oro con un nuevo Dream Team. Pero cada uno sacó lo mejor de sí mismo y consiguieron que el conjunto de estrellas norteamericanas no mereciera el mismo nombre que aquél que ganó el oro olímpico en el 92. Navarro impulsó a sus compañeros y llamó a gritos a la afición comenzando el partido con un recital de triples, y contrarestando el brutal ataque de los norteamericanos durante los dos primeros periodos. Llegamos al descanso creyendo ya en la victoria y el gran juego interior de España, con Pau Gasol al frente, acrecentó nuestra ilusión.
Cuando restaba un minuto para finalizar el memorable encuentro un triple de Navarro que debería haber entrado se salió, y el mortífero Kevin Duran encestó el suyo. Esto aumento la diferencia a 7 puntos. Restaban 37 segundos y España dio el partido por perdido sacando a sus reservas, para permitir a aquellos que todavía no habían pisado el campo participar en ese gran partido. 37 segundos son mucho tiempo, y ni siquiera los jugadores que salieron quisieron dar el partido por perdido. Siguieron haciendo faltas y lanzando rápido de 3, pero si con los fatigados titulares ya era difícil, con los fríos reservas era imposible.



107 a 100 fue el resultado final de un memorable partido en el que España se quedó con la plata y ganó el oro al mejor equipo del mundo. Pero ni el mejor equipo del mundo puede ganar a un conjunto de atletas nacidos para correr y saltar y entrenados para jugar a baloncesto. Nadie puede ganar a un equipo que cuenta entre sus filas con Lebron James, Kevin Duran, Kobe Bryant y Carmelo Anthony, atletas que con un poco de entrenamiento podrían ganar el oro olímpico en diferentes disciplinas.

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