21 de julio de 2010

La evolución humana para, o por lo menos cambia de rumbo.

Hoy, desde Almendras y Mejillones... 
¿Hacia dónde vamos?
Como Darwin aventuró debemos agradecer a la cruel selección natural la evolución de nuestra especie.
Este proceso, casi nazi aunque del todo natural (y nunca mejor dicho), no deja que los más débiles procreen, o por lo menos no deja que lo hagan tanto como los otros.
Así, cada generación irá quedándose con los mejores genes y, gracias a eso, la especie evolucionará: Será más fuerte, más inteligente o sencillamente menos propensa a morir.





Pues bien: Lo que quiero plantear aquí es que actualmente o bien ya no evolucionamos o bien lo hacemos en otra dirección que diverge enormemente de la seguida en nuestra historia:
A continuación fundamento mi teoría.


En el paleolítico los que no tenían habilidad para cazar o memoria para recordar los mejores sitios para recolectar morían de hambre.
Muchos años más tarde, morían los que no sabían luchar o los que no tenían el ingenio suficiente para crear armas. Sin embargo, sobrevivían los fuertes y hábiles, así como los suficientemente inteligentes como para no pelearse con nadie.
Como de lo que quiero hablar no es del pasado, diré, generalizando, que también morían los que no aguantaban enfermedades, y que eso hizo mejorar nuestro sistema inmune.
Podría seguir enumerando causas de muerte exterminadas, pero voy a dejarlo por hoy, porque me estoy empezando a sentir sanguinario al escribir todo esto. Sin embargo, hay que aceptar que la selección natural es algo “gore”.


http://www.zunzun.cu/imagen/darwin-2.gif

 







Vuelvo al tema: Hoy en día, y sobretodo en los territorios desarrollados, la gente ya no muere (y mucho menos tiene menos hijos) por ser menos inteligente, menos fuerte o tener un peor sistema inmunológico. Algún caso se dará, pero no es algo masivo. Esto sucede gracias a que ya no somos tan animales como para tirarnos piedras (ahora preferimos juntar dos piezas de 5kg de plutonio-239), a que no hace falta demasiada inteligencia para sobrevivir en civilización o a que los medicamentos ayudan a nuestros glóbulos blancos.

Obviamente todo esto es bueno: Permite a todo el mundo vivir más y tener descendencia. Pero eso no quita que influya en la evolución:

La selección natural ya no se produce como lo hacia antes. Ahora, hablando en general, tiene más hijos quien quiere.
Aceptado esto, lo primero que pensamos es que la evolución a parado. Si esto fuera así, los genes que transmiten rasgos débiles que aún se mantienen en algún individuo irían expandiéndose poco a poco. Así, la especie iría un poquito “para atrás”. Esto se llama involución.

http://blogs.elcomercio.pe/guataingrata/5%20-%20Involuci%C3%B3n.jpg

Sin embargo, si le damos alguna vueltecita más nos daremos cuenta de que sí, todo el mundo puede tener los hijos que quiera (repito, generalizando), pero no todo el mundo tendrá los mismos! De esta manera, la selección natural favorecería la permanencia de los genes que nos impulsan a tener descendencia. Por ejemplo, de las mujeres con instinto maternal. El paso hacia atrás se daría igual (los genes débiles también se expandirían) pero no se podría considerar involución: Sería como recular; dar marcha atrás para cambiar de dirección.

¡Por lo menos, la selección natural ha dejado de ser cruel! Para evolucionar ya no tiene que morir joven nadie, únicamente tienen que tener más hijos unas personas que otras.

¡Hasta la próxima Almendras y Mejillones!

1 comentario:

  1. Curiosa visión de la selección natural: nunca se me había ocurrido verla como un proceso "nazi". Pero así es, claro: supervivencia del más apto (no necesariamente del más fuerte, como también tú dices).

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